La lucha por la gubernatura ya empezó. Llegar a la silla que hoy ostenta Fidel Herrera Beltrán en el 2010 estará de lo más competido en la historia de Veracruz, y ya se notan las estrategias de los políticos veracruzanos cuyas procedencias o nacimientos políticos se dan en el gobierno de Rafael Hernández Ochoa (a excepción de Dante Delgado, quien fuera auxiliar del presidente Luis Echeverría, y en ese tiempo el mandatario no le dio la oportunidad en 1979 de ser alcalde de Córdoba, sino que incluso lo combatió para darle paso a Juan Herrera Marín y a Juan Bueno Torio, dedicado a los negocios que empezó su padre, el cordobés Juan Bueno Lázaro).
Los demás: Miguel Ángel Yunes Linares, quien fue subdirector de Patrimonio del Estado; encargado de asuntos legislativos del estado, dirigente estatal de la CNOP y diputado local. Amadeo Flores Espinosa, auxiliar del gobernador y presidente del Tribunal Administrativo. Jorge Uscanga Escobar, siendo síndico llegó a ser alcalde de Xalapa, cuando Carlos Domínguez Millán se fue como presidente de la Legislatura.
Esta generación de políticos ha brillado durante casi 30 años y aunque no comparten ideas y proyectos políticos, siempre estaban en los sexenios posteriores al de Hernández Ochoa, pero para este 2010 ya se enfrentarán o se aliarán según como juegue el gobernador priísta Fidel Herrera Beltrán. Definido para el PAN, el senador Juan Bueno Torio.
Le puede disputar la candidatura Miguel Ángel Yunes Linares, quien se dice sin partido, pero identificado con Nueva Alianza y quien ya levantó la mano diciendo que sí quiere ser gobernador. Considerado como uno de los políticos que más influyen en la maestra Elba Esther Gordillo, líder del sindicato más poderoso de América Latina, y le ha servido bien en el área de seguridad y política interna al gobierno federal panista.
Dante Delgado, quien ya fue gobernador, volverá a insistir ante las urnas después de su tercer lugar en el 2004, pero el haber ganado la senaduría le da nuevos aires y como dirigente nacional de Convergencia buscará la alianza, y trabaja para ello para que también sea postulado por el PRD, si no surge una candidatura fuerte de los amarillos.
Por el PRI, fuera de la “línea” del fidelismo, ya se maneja a Amadeo Flores Espinosa, presidente de la asociación política “Vía Veracruzana”, a quien se le acaban de sumar como militantes honorarios los alemanistas Alejandro Montano Guzmán, Flavino Rios Alvarado, y Víctor Garrido, de Córdoba. Por su parte, Jorge Uscanga Escobar, actual diputado federal, anunció la creación de una asociación política y trabaja con Emilio Chauyffett en un proyecto nacional. Hay que ver en estos años cuántos se suman a esta lista como aspirantes a la gubernatura de Veracruz.
Pareciera que la vida hubiera dicho “primero en tiempo, primero en derecho”, porque cuando Yunes, Dante, Amadeo, Uscanga y Bueno Torio hacían méritos, Herrera Beltrán ya era dirigente nacional de los jóvenes del PRI con Jesús Reyes Heroles, el ideólogo del México posrevolucionario, e iba por su primera diputación federal por Cosamaloapan. “El niño de oro” (dijeran sus amigos en ese tiempo) y “Tío Fide” (bautizado así por el gobernador Agustín Acosta Lagunes) al parecer en sus dos años de gobierno no tiene “gallo” para la gubernatura, contrario a su proceder hace 6 años.
En 1998, siendo diputado federal por Boca del Río, Herrera Beltrán coordinó la campaña para la gubernatura de Miguel Alemán Velasco, siendo presidente del PRI estatal y el único político del Veracruz moderno que después de coordinar una campaña, no ocupó un cargo en el nuevo gobierno e inició inmediatamente una precandidatura a la gubernatura en 1998: un sexenio antes; muchos le llamaron a la serenidad y a esperar los tiempos, pero el cuenqueño siguió con un paso vertiginoso y cuando se dieron cuenta sus oponentes, el de las simpatías de la mayoría priísta era “Tío Fide”, aunque pese a su popularidad estuvo a punto de perder la gubernatura y ganó apretadamente por casi 26 mil votos.
Ahora Herrera, sentado en la silla y siendo el primer priísta del estado, pide mesura a sus colaboradores públicamente que quieren ser alcaldes y diputados locales en el 2007, pero por abajo del agua impulsa precandidaturas de jóvenes imitando a su gran amigo Hernández Ochoa, especialmente en las alcaldías, y ha sido audaz en querer romper cacicazgos. Eso está dando lugar a los “aceleres” en todos los municipios y si el “gallero” ya “aventó” a sus pollitos, otros grupos políticos ya buscan acomodo en otros partidos, porque el tricolor esta empezando temprano sus campañas.
Si Herrera logra la mayoría de los 212 ayuntamientos en el 2007 y que estos sean en los municipios más poblados, además de lograr la mayoría en la Legislatura que le permita deshacerse del PAN en los acuerdos de Gobernabilidad, tiene asegurada su sucesión en la Gubernatura, sino los priístas se van a tener que ir despidiendo del Palacio de Gobierno de Xalapa.
Fidel Herrera Beltrán tal vez sea el gobernador más popular a casi dos años de su mandato, pero el casi unánime reconocimiento a su entrega al trabajo, contrasta con la imagen de sus secretarios de despacho: si acaso se salva Héctor Yunes Landa, quien pese a ser subsecretario de Gobierno, poco busca reflectores y se ve cómo lo respeta el mandatario; y Ranulfo Márquez Hernández, subsecretario de Protección Civil, quien anda trabajando lo más lejos posible del gobernador, además de que son amigos desde hace muchos años, pero aun así, no se ve un “gallo” del fidelismo para la gubernatura.
Apostar a la juventud siempre da resultados y con los años se ve. Herrera Beltrán está empeñado no sólo en ser un buen gobernador, sino trascender como Hernández Ochoa, sólo que las circunstancias no son iguales, porque hace 30 años no había la oposición que existe ahora, además de la oportunidad de grupos del PRI en irse a otros partidos. ¿Logrará Fidel otro rostro para el PRI? ¿La vieja guardia tricolor dejará que sea desplazada? ¿Entregará Herrera la gubernatura a un priísta? El tiempo, sólo el tiempo lo dirá.
