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EL ANCLA

César Augusto Vázquez Chagoya
6 de junio de 2006



Ya en el argot policiaco están surgiendo nuevas palabras. La primera es el llamado “levantón” que es cuando hombres armados con uniformes o no, te detienen y apareces ejecutado o simplemente no apareces. Ahora ya no hay casas de seguridad para tener secuestrados para solicitar dinero a la familia, sino que ahora estas sirven para guardar a los elementos de un cartel de la droga, donde te interrogan, torturan y desaparecen.

Antes en la policía se recomendaba que en un enfrentamiento o en un “interrogatorio”, si se llegaba a morir un detenido, era necesario que el cadáver apareciera porque sino la familia iba a buscar todo el tiempo; pero eso ya pasó a la historia y ahora te entierran casi vivo, te avientan al mar o te meten a un tambo con aceite hirviendo, lo sellan y lo tiran a los ríos.

En Veracruz se está inaugurando una nueva clase de ejecución, que es torturar a la víctima y tirarlos al mar con un ancla como le sucedió al gasolinero Daniel Zárate Rodríguez, y a su empleado Arturo Pérez Vargas, donde a ambos las puntas del ancla se las metieron por el ano. Los cuerpos fueron localizados cerca de Tamiahua después de aventarlos el mar y cada cuerpo estaba a 20 kilómetros de distancia del otro.

Ahora el domingo pasado 5 de mayo, un buque de la armada de México localizó un cuerpo flotando en el mar a 2.5 kilómetros de Laguna Verde, municipio de Alto Lucero, que correspondía al nombre de Tomás Hernández Palacios. La forma de ejecución: la misma. Los dos primeros de Poza Rica y el último del de Papantla. La distancia cuenta. Tamiahua esta más al norte rumbo al Tampico, y Laguna Verde esta más al sur más cerca del puerto de Veracruz.

Con las muertes de Tomás Hernández Palacios (a) “El Fantomas”, la de Daniel Zárate y de Pérez Vargas, se supone que es un grupo que utiliza el mismo método para ejecutar y que acostumbra a portar uniformes de la Agencia Federal de Investigaciones. Ambos lugares donde se localizaron los cuerpos, son territorios dominados por los integrantes del “Cartel del Golfo” ¿Estos personajes qué hicieron para merecer estas muertes? ¿El ancla es un mensaje para alguien que todavía está vivo?

Cuando desapareció el periodista Jesús Sandalio Lechuga Mejia, se comentó en el bajo mundo que había sido ejecutado por la mafia de “Costa Esmeralda” y tirado al mar. Sandalio, junto con otros dos periodistas, habían llamado narcotraficantes al diputado federal Guillermo Zorrilla, y al presidente del PRI municipal de Martínez de la Torre, Alfonso Allegretti Mejia en el 2003. Jesús Sandalio no aparece desde el 13 de julio del 2003.

Llama la atención que la región de “Costa Esmeralda” siga tiñéndose de sangre con la ejecución de Giovanni Allegretti Mejía el 30 de mayo, y ahora la aparición del cuerpo de Tomás Hernández Palacios. Para dato cultural, desde que empezó este año, en esta región existen varias ejecuciones, y la más relevante fue la de Pablo Hernández Alonso, el 3 de enero, acribillado con 9 impactos de bala. Los hechos fueron en una vinatería de su propiedad en Martínez de la Torre.

Hernández Alonso no era un ciudadano común. Fue procesado por el delito de robo en la causa penal 258/98 en el juzgado de Misantla. El 15 de febrero del 2000, policías estatales detuvieron al menor de edad Andrés Álvarez Hernández, de 17 años, quien vendía cocaína en un depósito de cerveza propiedad de Hernández Alonso. También fue arrestado Noel Armando Martínez Badillo, quien inhalaba cocaína en la calle. A ambos, pese a ser encontrados en posesión de droga, el Ministerio Público Federal los dejó en libertad y a don Pablo nunca se le fincaron responsabilidades.

El 27 de enero es ejecutado Renato Martínez Rodríguez con cuatro balazos a en Tuxpan. Varias veces fue detenido por vender enervantes y dejado libre por las autoridades federales, y fue hasta el 2005 que se le instruyó la causa penal 73/ 2205, por delitos en contra de la salud y sólo salió para que lo mataran.

El 24 de marzo, al interior del restaurante “Chiringuitos” en Nautla, es ejecutado Jaime Gándara Diosabot. La Procuraduría de Justicia descartó que haya sido una ejecución por el crimen organizado, ya que le dispararon balas calibres 22, y esas no utilizan los narcotraficantes, pero es considerado el calibre más peligroso porque generalmente no tiene orificio de salida, y se quedo la investigación en que fue un problema con su antigua pareja, aunque el asunto tiene una gran profundidad política y delictiva.

En la región existen 2 ejecuciones más y los dos tienen un sólo vértice: estuvieron en el restaurante que manejan los administradores del hotel y restaurante propiedad del “Kelin” y que le cuidan con tanto esmero Adolfo Mota, de Colipa, y Gerardo Artezan (a) “Lacaine”, promotores de las mejores carreras de caballos a donde asisten los policías federales y hay apuestas de más de dos millones de pesos.

Ante lo anterior, ya con un ambiente agitado por la muerte de personas ligadas al crimen organizado, y el mismo día que aparece Tomas Hernández Palacios en el mar, llega vía aérea, custodiado por elementos de la Agencia Federal de Investigaciones, el conocido lenón, cantinero e involucrado en varios asesinatos y víctima de la ejecución de su hijo, hermano y un trabajador en su rancho en Actopan, el dueño de los bares “Mi Pueblito” Augusto Lagunes Rosado (a) “El Camachin”, quien también fue baleado en el estacionamiento de Plaza Krystal de Xalapa, y por traer en su camioneta armas de uso exclusivo del Ejército fue detenido, pero al señor, con la complacencia de las autoridades judiciales federales, le otorgaron un amparo para pasar la cárcel en un cuarto de distinción del hospital Rafael Lucio de Xalapa.

Por más de dos años fue grosero con el personal médico del hospital, y sólo permitía que lo tocara su médico personal, debiendo cerca de 300 mil pesos de hospitalización, porque el juez federal ordenó que se quedara en el nosocomio sin que la justicia federal pagara su estancia.

¿Raro? Terminando el sexenio de Miguel Alemán, “El Camachin” fue trasladado al reclusorio de alta seguridad de Puente Grande, Jalisco, y no bien se aclimataba, ganó otro amparo para que fuera trasladado al penal de Pacho Viejo; pero este lunes 5 de junio, la policía estatal le impidió su ingreso a Pacho Viejo y fue trasladado a las oficinas de la AFI en Xalapa.

Parece que las autoridades estatales ya no están dispuestas a que se les llenen los penales con reos de alta peligrosidad, y más cuando se rumora que desde el reclusorio de Tuxpan están saliendo las órdenes de ejecución en la zona norte, además de los motines en el penal de Allende del puerto de Veracruz, Perote, Coatzacoalcos, donde ha permeado el narcotráfico.

Sólo hay que saber que mientras la policía estatal impedía el ingreso de “El Camachin” a Pacho Viejo, había una alarma de bomba en el mismo penal; y si meten bombas, qué no meterán.


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