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FOX: EL NUEVO PORFIRIO DÍAZ
César Augusto Vázquez Chagoya
21 de abril 2006


En los 5 años del gobierno de Vicente Fox, se cuidaron siempre en no utilizar la fuerza pública para dirimir conflictos sociales, y parece mentira que en tan pocos meses, el Presidente quiera limpiar la muerte de los 65 mineros en Coahuila por negligencia de los inspectores de la Secretaria de Trabajo con más sangre, y eso sucedió en Puerto Lázaro Cárdenas, Michoacán (el nuevo Río Blanco y Cananea) donde al más viejo estilo del Porfiriato, la Policía Federal Preventiva, al grito de “respetar la ley”, arremetieron contra miembros del sindicato minero dejando un saldo indeterminado de heridos y 2 muertos.

No sabemos en qué momento agarraron al gobernador Lázaro Cárdenas Batel, para que diera la anuencia de que a los federales los apoyaran los policías estatales y municipales. Para vergüenza de su abuelo, quien fue gran impulsor del sindicalismo en México, la mancha se dio precisamente en el puerto que lleva su nombre.

El gobierno federal no tiene capacidad de diálogo y está en su plan el resolver las cosas con violencia al imponer la ley con la fuerza del estado, pero no hay diálogo antes y el saldo por la exigencia de pedir la sustitución del secretario de Trabajo, Francisco Xavier Salazar Sáenz, por parte de la Unión Nacional de los Trabajadores, ya lleva varios muertos, entre ellos los 65 mineros de Coahuila y los 2 de Lázaro Cárdenas.

El vocero presidencial Rubén Aguilar Valenzuela, dice que la culpa del desalojo de los mineros de su factoría, se debió a la culpa de los mismos obreros. El cinismo del nuevo Porfiriato es grande, pero nadie explica que el movimiento de los mineros lo originó el mismo gobierno federal, primero al reconocer como dirigente del Congreso del Trabajo a Víctor Flores Morales, y después en desconocer a Napoleón Gómez Urrutia como dirigente de los mineros, ocultando con una cortina de humo la responsabilidad de la Secretaría de Trabajo en la mina de Coahuila, donde por cierto todavía no rescatan a los cuerpos de los 65 obreros.

Como respuesta, la Unión Nacional de Trabajadores pidió la renuncia del secretario de Trabajo por meterse en la vida interna de los sindicatos y amenaza con paros nacionales: el primero se realizará el próximo 28 de abril, y con los hechos de Lázaro Cárdenas, la UNT endureció su posición y anunció un desfile del Primero de Mayo “como nunca se han realizado en la república”.

El viejo sindicalismo creado en el sistema priísta partir de 1936, se volvió con los años una cueva de nuevos millonarios. Muchos de esos están en la Unión Nacional de Trabajadores, y así el foxismo trabajó con ellos 5 años, incluyendo a Napoleón Gómez Urrutia, el gran “Frankenstein” quien hereda de su padre el sindicato minero cuando Ernesto Zedillo se negó a reconocerlo, pero sí lo hizo Vicente Fox.

Si la idea es limpiar de corrupción a los líderes millonarios, ahí están también el líder ferrocarrilero Víctor Flores, el reconocido dirigente del Congreso del Trabajo, o Carlos Romero de los petroleros. Todos pueden ser acusados de lavado de dinero, porque no justifican sus inmensas fortunas.

Hay que recalcar que la mayoría de los integrantes de la Unión Nacional de Trabajadores (donde se ubican los poderosos sindicatos del IMSS, CROC, telefonistas y los electricistas del Distrito Federal), apoyan la candidatura de Andrés Manuel López Obrador, y como observadores muy agudos, aseguran que Vicente Fox no está cometiendo errores, sino que su plan estratégico es crear un clima de violencia para que la población no salga a votar el 2 de julio, en donde hasta el momento, aunque está a la baja, lleva la delantera el candidato del PRD.

La vieja estrategia surgida del sistema priísta funciona. Los votos mayoritarios de López Obrador se basan en un electorado cambiante, y si pocos van a votar, el PAN ganaría con su voto duro.

Como sea, Vicente Fox, en su último año de gobierno, se está descubriendo que en el fondo era un Porfirio Díaz, que quitara el retrato de Juárez de Palacio Nacional llegando al poder. Don Porfirio, también era enemigo del Benemérito de las Américas. Fox no quiere a Don Benito Juárez, porque le confiscó los bienes a la iglesia católica, donde basa su fe y forma de ser.

No es gratuito que la Presidencia de la República anunciara que convertirían el Palacio Nacional en un museo, en clara confrontación con el perredista que anunciara que se siendo Presidente se iría a vivir donde muriera Juárez. ¿Todo es con el fin de violentar el proceso electoral? El costo será muy alto.


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