No se puede entender. Entonces vivía Nabor Mejia Viniegra, dueño de los autobuses “Álamo” y también del diario “Cosmovisión” del lugar. Había hecho su imperio por el apoyo que siempre le dio el que fuera dirigente nacional del CROC y senador de la república, Silverio Alvarado, asesinado por desconocidos en una calle de la ciudad de México.
Trasportes Álamo, entre sus rutas tienen la de Álamo-Ixhuatlan de Madero-Benito Juárez- Chicontepec. Así que esta columna vertebral de los caminos de la huasteca veracruzana, manejada por criollos o gente de habla, que les trasmitían a sus chóferes el maltrato a los indígenas. Son peor que perros. El 5 de septiembre del 2000, jugando carreras dos camiones de Don Nabor, matan a 5 indígenas en la comunidad de Tzocohuite, municipio de Ixhuatlán de Madero. Los chóferes huyeron y dejaron los camiones mientras la indignación indígena crecía, cansada de tantos atropellos y decidió protestar, bloqueando los caminos para evitar circular los transportes “Álamo”.
En esos días, las negociaciones las llevó a cabo el subsecretario de Gobierno, Jorge Uscanga Escobar, y se centraron en que los indígenas entregaran las unidades primero y después se vería los de las indemnizaciones. Los indígenas se negaban a entregar las unidades, exigiendo pago de las indemnizaciones y que transportes Álamo ya no diera los servicios en esa ruta.
La Coalición de Transportistas del Estado, presidido por Carlos Demuner, los dueños de nuestras calles, caminos estatales y de la vida de los veracruzanos, presionaban al Gobierno del Estado, porque la familia de Don Nabor sufría más de un mes en no dar servicios y habían dejado de tener en sus mesas ricas viandas de caviar ruso y sus chóferes sin ganar, lo que propiciaría despidos de 30 trabajadores, que contribuirían a la taza de desempleo.
Como todo alto funcionario quiere ser gobernador de Veracruz, ¿por qué no complacer a estos millonarios transportistas? Total que los indígenas son indígenas y están acostumbrados a la pobreza y al mal comer. Si se mueren de hambre, es por culpa de ellos, por flojos e iletrados ¿Qué daría unos muertos más por unos camiones del amigo del sistema? En el peor operativo policiaco que se conoce, el 19 de octubre del 2000, a solicitud (según el gobierno) del Ministerio Público de Álamo, cerca de 300 policías, apoyando a Agentes de Tránsito, en plena media noche se dispusieron con grúas a rescatar los dos camiones de trasporte “Álamo”.
Nunca pensaron los agentes de Tránsito y policías lo que les esperaba. Llegaron y no vieron a nadie. Estaban con las grúas enganchando los camiones de pasaje, cuando cerca de 2 mil indígenas huastecos los rodearon blandiendo los machetes. La policía retrocede y desesperados empiezan a disparar, muchos huyendo en las patrullas, pero no lograron salir 96 elementos, quienes fueron capturados con todo y armas por los indígenas.Entre detenidos, polvo, indignación, voces de la turba sedienta de justicia, empezaron a salir los resultados de la acción de la represión alemanista contra indígenas, borrándose el porqué luchó su abuelo, el revolucionario. Su mismo padre, el presidente Alemán, un indio populuco de Sayula en el sur de Veracruz, se estaría revolviendo en su tumba. La policía del estado en ese mal operativo mato al indígena huasteco Bernardino Antonio Nicolás. Hubo varios indígenas heridos, pero a Delfino de la Cruz Hernández, le amputaron las piernas, y Lázaro Antonio Nicolás quedó paralítico.
¿Qué más tenían que pagar los indígenas huastecos de Tzocohuite, según los logros de los revolucionarios que hicieron la Constitución de 1917? Nada, sólo tenían que hacerle justicia por sus primeros 5 muertos del 5 de septiembre. Cuando hay violencia y sangre, el ser humano reacciona frenéticamente y llega a ser hasta irracional. ¿Hasta dónde podía soportar la indignación indígena? No se sabe, pero, sin que nadie lo reconozca por parte de policías como indígenas, pero los 96 elementos detenidos en Tzocohuite fueron desnudados y presuntamente violados.
Los hechos en Tzocohuite del 19 de octubre del 2000, hicieron más grandes las diferencias entre el secretario de Seguridad Pública, Alejandro Montano Guzmán, y el subsecretario Jorge Uscanga Escobar, quien, como en su tiempo se señaló, negoció con los muertos y sobre rodillas con los indígenas huastecos, pero no crea que por reconocer la mala política del alemanismo hacia los indígenas por defender a los transportistas, sino que simplemente que le llamaron por la red del gobierno y le dijeron: “El Presidente Ernesto Zedillo viene a Xalapa para un reconocimiento en la Universidad Veracruzana para el escritor Carlos Fuentes y el Estado Mayor Presidencial, exige que este resuelto para entonces el conflicto de Tzocohuite”.
No es por nada, sin agraviar al escritor, pero cada vez que le hacen un homenaje en Xalapa, hay un hecho sangriento. El 23 de marzo de 1994, cuando le hacían su homenaje en el ayuntamiento xalapeño, en pleno acto se supo el atentado a Luís Donaldo Colosio. Entonces para acabar el conflicto de Tzocohuite, Uscanga Escobar se comprometió en los huatecos a lo siguiente:
Que ya no prestarían en esa región los transportes Álamo y que los orientaría el gobierno para que los indígenas hicieran su cooperativa y tener su propia línea de camiones. Que se le daría trabajo a la viuda de Bernardino Antonio y que a los dos indígenas que quedaron inválidos los iban apoyar. Los acuerdos se ratificaron el 23 de octubre del 2000 y el 2 de febrero del 2001. ¿Qué ha pasado?
Al líder del movimiento, Lauro Cruz Cruz, lo han metido a la cárcel en 3 ocasiones. Consiguieron con gran esfuerzo 25 camiones para dar servicio en su región en base al acuerdo, pero la Coalición de Camioneros de Carlos Demuner bloqueó la región de Álamo, poniendo de rodillas a los alemanistas, quienes detuvieron los camiones de los indígenas porque supuestamente eran vehículos robados. Para rematar y para que usted no se asuste de la injusticia para los que menos tienen, “Transportes Álamo” sigue dando el servicio por donde mató a 5 indígenas en septiembre del 2000, y que propició más muertes en Tzocohuite.
¿Que ha cambiado en Tzocohuite en 6 años? Se murió Nabor Mejia Viniegra, quien hereda a sus hijos,que son peor que su padre. Lauro Cruz Cruz, con sus compañeros, vuelven a pedir justicia al fidelismo, ahora que se fueron los alemanistas. A los indígenas huastecos, los chóferes de los Mejia del Ángel los siguen tratando peor que perros. No saben hablar español y por rebeldes, la historia señala, que casi los exterminan, por eso son hasta cierto punto sumisos, pero dignos. Saben lo qué pasa cuando se rebelan.
El gobernador Fidel Herrera Beltrán se reunió con la Coalición de Transportistas de Carlos Demuner, este 15 de octubre para negociar problemas y celebrar la santificación del Monseñor Rafael Guizar y Valencia. ¿Les harán justicia a los indígenas huastecos de Tzocohuite? Solo su santidad lo sabe.
