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LA INTOLERANCIA




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PASILLOS DEL PODER
César Augusto Vázquez Chagoya
23 de noviembre 2005

LA INTOLERANCIA


El día 22 de noviembre fue negro para la política de Veracruz. Esperando que no se concretice, se anuncia la represión de las manifestaciones en el centro histórico de Xalapa, apelando a que el reglamento de “Buen Gobierno” del ayuntamiento de Xalapa prohíbe bloquear las calles y avisar con 24 horas de anticipación la realización de una marcha.

Si las manifestaciones y marchas se pudieran reglamentar, nunca hubiesen habido revoluciones y no caerían gobiernos por ellas. Reglamentar un derecho constitucional con un reglamento de un ayuntamiento está fuera de lógica y de legalidad.

El reglamento a que nos referimos no pudo ser aprobado más que en el ayuntamiento anterior de Xalapa, presidido por el hoy secretario de Gobierno, encargado de la política interna de Veracruz, Reynaldo Escobar Pérez. Ahora va a resultar que los ciudadanos de todos los restantes 211 municipios se deben sujetar ante el antidemocrático reglamento y pedirle permiso a Xalapa para manifestarse ante su gobierno estatal, que es el gobierno de todos. Cierto que las marchas o manifestaciones afectan a la circulación de personas y de vehículos en todas las arterias de la capital estatal, pero no es mediante la macana como se va a resolver y se debe analizar el fondo de esas inconformidades.

Para empezar, se debe estudiar ¿qué ha hecho Xalapa por su circulación? Lamentablemente nada. Los mismos comerciantes del centro histórico que se quejan de las pérdidas por las marchas y bloqueos, no han sido capaces de sacar sus bodegas hacia la central de abastos. Tampoco ninguna autoridad municipal ha podido convencer a esos comerciantes a tirar su basura en las noches, lo que obliga a que en plenas horas de mayor trafico, anden taponeando las calles los carros de basura.

Ya no digamos que estos comerciantes ya se apropiaron de las calles al llenarlos de cajones para que nadie se estacione, apartando los lugares para sus camiones que llegan a cargar y a descargar; todavía esto se suma a los miles de anuncios de “no estacionarse” que benefician a los dueños de estacionamientos públicos, entre ellos el mismísimo presidente municipal de Xalapa, Ricardo Ahued.

En el gobierno alemanista, para desgracia de los xalapeños fructificaron las líneas camioneras. El grado de circulación de estas unidades por el centro histórico que era en intervalos de uno a cada 4 minutos, bajó su ritmo a menos de medio minuto, y entonces éstos presionan desde hace 5 años la circulación en general. De lo anterior los taxistas son testigos y mejores críticos. Se ha dicho hasta el cansancio que se sacarán unidades del centro histórico y sólo queda en anuncios oficiales. ¿Entonces el problema vial de Xalapa es culpa de los manifestantes? No toda.

¿Por qué vienen los inconformes a Xalapa a pesar de que constantemente (como nunca) ven a su gobernador? Porque el encargado de la política interna no opera y siempre anda en el agua. Los que acompañan al gobernador en sus giras carecen de eficiencias, y los problemas pactados y resueltos por el ejecutivo caen en la burocracia, vuelve la inconformidad y de nuevo a empezar el círculo.

Se decía que el 22 de noviembre fue un día negro y no porque se celebraba otro aniversario del asesinato del presidente Kennedy, sino porque el gobernador se levantó muy “corajudo” y manifestó que no se permitiría ninguna manifestación en el centro histórico de Xalapa, con clara advertencia al sindicato del DIF estatal, que amenazó con manifestarse en el primer informe de la presidenta de ese organismo, Rosa Margarita Borunda de Herrera, este miércoles 23 de noviembre donde asistió la esposa del Presidente Fox.

Nos parece bien que el gobernador defienda con rabia un acto de su esposa, pero no puede perder la perspectiva de la ley. Una cosa son los reclamos improcedentes y fuera de la ley del sindicato del DIF, y otra su derecho a manifestarse. Lo que no comprendemos es cómo se amenaza con no dejarlos realizar una manifestación, en vez de aplicarles la ley: pretenden que les den viáticos sin justificar y que las bonificaciones, compensaciones, etc., le sean entregados al sindicato en lugar del trabajador, violando todas las normatividades administrativas desde el sexenio anterior y son merecedores de que les juzgue penalmente, tanto a líderes sindicales como autoridades de esa institución de beneficencia, pero se opta por una represión llana y simple.

Ese mismo 22, campesinos de la COCYP, integrado por indígenas de la sierra del Totonacapan, viniendo a Xalapa en camiones fueron parados en Nautla y Vega de la Torre por la policía del estado y con sólo pararlos se reprime el derecho constitucional de libre tránsito y de manifestación. Los indígenas venían a pedir por enésima vez proyectos productivos. Para que no hubiera duda de que no se manifestarían en la Plaza Lerdo de Xalapa, les pusieron más de 300 policías bien pertrechados. Fue así que de los 600 indígenas, solamente llegó una comisión de 30 a dialogar con el secretario de Gobierno.

A los indígenas, a los más necesitados, se les reprime manifestarse porque se aplicaría el reglamento xalapeño: no pidieron permiso 24 horas antes, como si el hambre tuviera barreras. Pocas horas después, en ese fatídico 22 de noviembre para la libertad de expresión, llegaron al aeropuerto del Lencero los campeones nacionales de básquetbol “Halcones de Xalapa”, quienes en una caravana dignos de héroes, llegaron al centro histórico, que tuvo que cerrarse por el mismo Gobierno del Estado para que pudiera el gobernador felicitarlos y para que le enseñaran el trofeo ganado.¿No pudieron hacer el reconocimiento en la zona universitaria, porque es un equipo patrocinado por la Universidad Veracruzana y no bloquear el centro de la ciudad?¿ No en esa zona está el gimnasio de este equipo?¿No en esa zona se realizan los carnavales?

Estos héroes del equipo de básquetbol profesional, integrado en su mayoría por extranjeros, con fabulosos sueldos, bien valía para cerrar el centro histórico, pesara a quien le pesara. ¿Dónde estaban las macanas en contra de los seguidores de los Halcones? Pero para los indígenas del Totonacapan, nuestra gente, a los indefensos, todo el peso de la ley.

Ojalá no se levante todos los días el gobernador con su coraje del día 22 de noviembre. Simplemente que no eche por la borda lo que alcanzó en un año de tanto trabajo y acuerdos: la gobernabilidad con diálogo, sin garrotes.


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